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sábado, 20 de agosto de 2011

LUNA LLENA, Por Mariela Villegas, (Marielah Villeri)


Prefacio:
Mi nombre es Renesmee Carlie Cullen. Siempre supe que mi vida sería diferente a la de mis padres y demás familia. Yo, siendo una híbrida entre vampiro y humano, tenía que tener una historia un poco más extravagante. Lo que nunca imaginé, es hasta qué grado llegaría una persona por amor, pero estaré a punto de averiguarlo… y no de la mejor manera.
“…No me podía dar el lujo de esperarlos. Mi Jake podía morir. Tenía que hacer algo, y también necesitaba defender a Shawn, que estaba sufriendo por mí causa. Así que lo tomé de la mano fuertemente. Le mostré las imágenes de cuando estuvimos juntos. Las sonrisas, las pláticas, nuestro primer beso, la hermosa noche del concierto, el auténtico cariño que le tenía; sobre todo, el perdón que ya le había concedido.”

Capítulo 1: “Un poco de mí”

Éste día empezó como cualquier otro en mi vida humana y “semi-vampírica”. Usualmente dormía hasta ya tarde, porque solía pasar todas las noches con mi lobo favorito. Mi Jacob. Tengo diez años ahora. Aunque parezco de 18 debido a mi crecimiento acelerado. Dejé de envejecer hace 2 años aproximadamente. De hecho, fue un poco raro. Mi padre, Edward, y mi madre, Isabella, estuvieron muy aliviados cuando aquello ocurrió. Creyeron que seguiría creciendo y envejeciendo, hasta que me viera de treinta cuando llegara a mis diez años. Pero, bueno, toqué un cierto punto (me gusta llamarlo “pubertad”) en el que simplemente el envejecimiento prematuro se detuvo. Era como si mi cuerpo y mi mente negaran mi naturaleza con tanta vehemencia, que no quisieran  tener un futuro como el que todos creían que tendría. Como si yo no quisiera morir pronto, por él. Por Jacob. Capturado en un cuerpo de 16 años por tanto tiempo como el que podía recordar. Él era mi mejor amigo en el mundo. Le amaba. No podíamos estar separados. Cuando era pequeña, era como un hermano para mí. Hacía todo para que me sintiera confortable en mi propia piel. Cuando cumplí 8 años, ya tenía, de hecho, 15 años mentalmente hablando. De repente, casi de la nada, comencé a verlo de manera diferente. Me llevo flores ese día, y empezó a hacerlo cada día, desde ese momento.
Jacob era verdaderamente fuerte, y a mis ojos, siempre había sido muy guapo. Pero ahora, simplemente no podía vivir sin él. Tal vez ese pensamiento no les parezca razonable. Considero que, para el amor verdadero, no existen razones. No podía respirar sin él. Estaba total y absolutamente segura de que Jacob Black era y sería el amor de mi existencia. Quería estar con él, tanto como deseaba vivir para siempre, solo para pasar cada minuto de cada hora en su presencia, aunque sabía que empezaría a envejecer de nuevo cuando tuviera completo control sobre sus transformaciones.
Bueno, me desperté este día, y como siempre, mamá ya me había preparado el desayuno. Quería que yo fuera tan “normal” como pudiera, así que me preparaba comida (comida humana) para el desayuno. Me provocaba náuseas, pero me la comía de todas formas. Por mi propio bien. Mi madre era muchísimo más fuerte que yo, e increíblemente terca en cuanto a lo que yo debía comer o no. Gracias a Dios, me permitía cazar el almuerzo y cena. Mamá y papá eran los mejores padres del mundo, y estaban tan enamorados el uno del otro, que solo podía imaginarme el resto de mi vida con alguien que me hiciera tan feliz como ellos eran. Jacob, por supuesto, era aquél. Edward y él se llevaban bien, la mayoría del tiempo. Como mi padre poseía el poder de leer mentes, tratábamos de estar tan lejos como nos fuera posible de él cuando salíamos, ya saben, como precaución.
Comí mi desayuno. Mis padres no estaban en casa. Seguramente estaban en casa de Esme.
Lavé mi plato, me dirigí hacia la puerta. La abrí de par en par y ahí estaba él. Mi Jacob. Radiante como siempre. Me quitaba el aliento.
-Jake -Grité.
-¡Nessie!  -Me abrazó tan fuerte que apenas pude respirar.
-¡Hey! Recuerda que soy mitad humana, Jakie.
-Disculpa, Ness. ¿Te lastimé? -Preguntó demasiado preocupado.
-No, estoy perfecta. ¡Dios! ¡Te preocupas demasiado por mí!  Entre tú y papá me van a sacar de mis cabales. Creo que nunca me acostumbraré a eso.
-Tienes que hacerlo. Siempre seré sobreprotector cuando se trate de ti. No sé qué haría si no estuvieras conmigo -dijo sonriendo.
Tenía una perfecta sonrisa con dientes blancos como la porcelana y me beso la frente. Me sonrojé. Cuando estaba tan cerca de mí, casi no podía resistir la tentación de besarlo, aunque nunca lo había hecho antes. Creo que la sola idea me apenaba. Después de todo, él era el mejor amigo de mi madre, y sabía, hasta cierto nivel, que me amaba, pero no estaba segura si estaba enamorado de mí. A veces parecía que sí y otras, solo parecía querer protegerme, como una hermana. La duda me mataba. En verdad me causaba dolor. Pero no me atrevía a preguntarle nada.
En fin, ninguno de los dos podíamos decir las palabras en voz alta, cualesquiera que éstas fueran. “Te amo”. “Estoy sumamente enamorada de ti”… no. No podía decírselo. No sería capaz de resistir un rechazo. No de su parte.
-Bueno, ¿vas a venir a casa de Esme conmigo, Jake?
-¡Claro! Pero antes tengo una sorpresa para ti…
Me dio un lirio, como hacía todos los días desde mi octavo cumpleaños.
-¡Gracias! -Le abrasé. Podía sentir lo fuertes que eran sus músculos bajo de mis brazos, y su sonrisa; su piel tan caliente junto a la mía… tenía que detener el curso de mis pensamientos antes de que se diera cuenta de que realmente no deseaba dejarlo ir. Ups, demasiado tarde…
-Mmm, parece como si no quisieras soltarme -Dijo con esa sonrisita entre dientes tan maravillosa.
-Voy a empezar a pensar que quieres sostenerme para siempre -se mordió la parte inferior del labio ¿Qué trataba de hacer? ¿Matarme de un infarto con sus gestos? Podría suceder si no me concentraba en respirar y mantener mi ritmo cardiaco a un compás natural.
-¡Hola papá! Edward se acercaba -solté de inmediato a Jake. Creo que grité demasiado entusiasmada para mi beneficio.
-¿Dónde está mamá?
-Hola bebé. Está cazando con tía Alice en el bosque.
-Eso es raro. ¿Cómo es que la dejaste ir? Siempre cazan juntos.
Sus facciones se transformaron en un gesto de preocupación.
-Ella no me dejó -respondió casi sonando como un niñito enojado. Amaba ver a mi padre tan enamorado de mi madre.
-Oh, basta papá, no seas tan bebé. Confía en ella.
-Hey, Jacob. ¿Cómo estas perro? -Preguntó sacudiéndole la mano. Todavía no me acostumbraba a eso. Parecía que quería aplastársela cada vez que la tocaba.
-Hola, señor chupasangre. ¿Cómo le va?
-Por favor, ustedes dos. Saben que odio cuando se llaman así.
-Sabes que estamos bromeando, bebé -dijo mi padre con esa sonrisa torcida tan propia de él.
-Está bien, está bien… hola señor Cullen, ¿Cómo se encuentra? ¿Eso está mejor? -Inquirió Jake.
-Mucho mejor.
-Jake, no estoy de humor. No sé qué se trae Bella. Estoy muy preocupado. No puede ser bueno, porque no me comentó nada. ¿Sabes de casualidad qué es lo que le pasa? ¿Te ha dicho algo?
-No. No me comentó nada ayer que la vi. Aunque, actuó un poco raro. Bueno, me observaba como mi madre solía hacerlo, cuando estaba viva. Fue algo extraño.
-Así que, Bella está escondiéndote algo… ha, me pregunto ¿Qué será? -Inquirió sarcásticamente.
-¡Dije que ya basta, Jacob! Sabes bien que pasa cuando no estoy de humor.
Sí. Seguro lo recordaba bien. Aquel día mi padre leyó algo en la mente de Jacob cuando  estaba a mi lado y no le gustó nada. Arremetió contra él, en un ataque tan rápido, que no lo pude prevenir. Le sostuvo la cabeza como si fuese a arrancársela. Si Bella no hubiese estado ahí, no sé qué es lo que hubiera pasado. Edward dijo que estaba jugando. Pude ver en sus ojos que no era así. Jake no hizo nada. Papá nunca me quiso decir que fue lo que leyó en la mente de mi amado.
-Oh, por favor, ¡No vuelvas a hacer eso papá! -Supliqué.
-Está bien, Está bien, solo quería saber si había algún problema.
-No lo hay, papá ¿Nos podemos ir ahora?
-Sí. Pero, ¿A dónde? Si puedo preguntar…
-Al prado. Voy a recoger unas flores para el cumpleaños de tía Rosalie.
-Ok. Solo, mantén tus manos lejos de ella, Jacob -dijo con una mirada poco halagadora.
-¡Sabes que decirlo está de sobra, Edward!  -Espetó el aludido, visiblemente molesto. Me sonrojé aún más, e incluso lo lamenté.
-No. No lo sé. Al menos no estoy seguro.
-¡Papá! Por favor, ¿Nos podemos ir? ¡Ahora! -Repetí.
-Sí.
-¿Dónde vas a estar, papá?
-En casa de Esme. Bella llegará pronto y mis nervios ya me están matando.
-Suena usted como una persona bastante vieja, señor Cullen. -Bromeé.
-Lo soy, hija. Tengo 120 años.
-Bueno, entonces creo que es mejor que empecemos a cavar tu tumba y a checar los detalles del testamento.
Él solo volteó los ojos y frunció los labios en una sonrisa contenida.
-Ok, papá. Ya nos vamos. Íbamos a pasar a verles con Esme pero, ya que no está mamá, ni Alice, no tiene caso.
Lo besé y le toqué el rostro para mostrarle la cara de mamá, justo cuando la vi antes de ir a la cama la noche anterior. Ése era mí poder, al ser parte vampira. Le dije, con la mente, que no estuviera preocupado. Él sonrió. Ahora que yo era mayor, podía controlar, aún más fácilmente, lo que quería mostrarles a las personas. Incluso podía crear imágenes que no existían o que nunca había visto. No me gustaba hacer eso. Era realmente mentir y me sentía mal haciéndolo.
Bueno papá, nos vemos luego.
-Hasta luego, señor Cullen -Jacob dijo sonriendo.
-Jacob, Bella desea hablar contigo también. Así que, cuando regresen, pasa a casa de Esme. Luego me cuentas exactamente lo que te dijo. -Rió mi padre en complicidad.
-¡Si señor! -Contestó Jake, levantando la mano derecha y llevándosela a un costado de su frente, como militar y rió fuertemente. Me encantaba cuando hacia eso. Podías notar sus hoyuelos en las mejillas. 
-Vámonos, Nessie.
Mi padre le arrojó una roca en la espalda a Jacob, por la burla.
-¡Auch! -Gimoteó.
-Lo mereces, por necio –sonreí-. Ustedes me van a volver loca.
-Solo un poquito, Nessie.
Nos dirigimos hacia el prado… junto, como yo amaba.


Capítulo 2: “Shawn”

-Nessie ¿te gustaría que me transforme para que te lleve? O sea, solo para ir más rápido.
-¡Claro! No necesitabas preguntar -sonreí.
Era increíble verlo de lobo. Montarlo era muy excitante. Recuerdo que desde que era muy pequeña, Jake se transformaba frente a mí, como si nada. Eso ponía muy nerviosos a mis papás, pero se acostumbraron a ello. Sabían que nunca me haría daño. Para mí, era simplemente divertido. Se sentía como tener un muy grande y peludo caballo para montar, cada vez que yo quisiera. No había nada como eso.
Llegamos al prado de mis padres. Así me gustaba llamarlo. Ellos pasaban mucho tiempo en este lugar. Era un muy hermoso pedazo de tierra, lleno de flores de todos colores y formas. Amaba el olor de los lirios y de las rosas llamadas “Príncipe Negro”, eran mis favoritas. Aunque amaba mucho más el olor de Jacob. Tenía una esencia muy parecida al olor del pasto recién cortado y madera mojada. Era el aroma del bosque. Me hacía sentir a salvo y en casa.
-Bueno ¿Qué quieres hacer?
-Solo voy a recoger algunas flores para Rosalie y después nos podemos sentar aquí un rato, o podemos ir a la Push. Es domingo, así que tenemos todo el día para estar juntos.
El pensar en ello, me dejaba una sensación de tremenda alegría.
Él sonrió. Se sentía como si tampoco quisiera separase de mí. Me daba un poco de esperanza. ¡Detente! me ordené a mí misma… Este tipo de pensamientos podían durar por un buen rato, y yo tendía a quedarme mirándolo fijamente como estúpida. Ya antes me había sucedido, así que, ¡basta! Probablemente yo era solo una amiga más. A lo mejor me amaba como uno puede amar a alguien que conoce desde hace mucho tiempo. Esa especulación me ponía muy triste, así que me detuve.
-Mmm, ¿Por qué no vas a cazar algo para nosotros dos?, como un aperitivo y yo recojo las flores de Rose y te llamo. ¿No te alejes, ok?
-¡Renesmee! Sabes que no me gusta dejarte sola. ¿Por qué no me siento contigo y después vamos a la Push? Billy tiene muchos deseos de verte. No has ido en casi una semana y sabes que él ama tus visitas…
-Prometo pasar después. Yo también extraño a Billy, pero últimamente, me has mantenido muy ocupada -dije en tono de chantaje, odio admitir, y le dediqué una sonrisa. Ésta es una sorpresa para Rosalie. ¿Podrías dejarme aquí, por favor? Solo serán unos minutos. Nada pasará. Soy una niña grande, ¿Recuerdas? No me moveré de este lugar. Ve a cazar algo. O mejor aún, recoge unas rosas para mí. Rojas y salvajes.
Le toqué la mano para mostrarle la parte del prado donde se encontraban. Se erizó ante mi toque. Me miró con los ojos llenos de alegría y se fue. Aunque yo sabía que odiaba dejarme sola. Era sumamente sobreprotector. Como casi todos en mi familia. No me agradaba mucho. Prácticamente significaba que no era libre. Que siempre habría alguien observando. Sé que lo hacían por todo el amor que me profesaban, pero no lo hacía menos molesto.
Comencé a recoger algunas margaritas, cuando de repente, sentí que alguien estaba mirando hacia donde yo me encontraba. No era Jacob. Se percibía diferente. No se sentía bien. Podía apreciar el olor a lluvia y montañas, además de algo muy dulce. Ningún humano sería capaz de describir el aroma exacto. No de esta manera. Yo lo sentía porque había convivido con vampiros toda mi vida, y parte de mi olor tenía un poco de esa esencia. Me petrifiqué. No podía ser alguien de mi familia, yo conocía todos y cada uno de sus aromas. Miré hacia la dirección de quien me observaba.
Ahí estaba. Un hombre. Bueno, no era un hombre cualquiera. Un vampiro. Un hermoso vampiro… no. Hermoso no es la palabra; era dolorosamente divino. Blanco marfileño, con el cabello color castaño y corto, y los ojos rojos como la sangre. Sabía, por mis padres y sus amigos, que esos ojos solo podían indicar una cosa. ¡Peligro! Incluso para mí que era mitad vampira. No veía a Jake por ninguna parte.
Aquélla hermosa y salvaje criatura me miró fijamente. Sin embargo, no como lo esperé. Parecía, más bien, interesado. No era una mirada asesina. Era un cazador de humanos. Sus ojos escarlata lo dejaban al descubierto, mas no sentía que deseara aniquilarme. Me quedé muy quieta. Por la manera en la que se movía, con extrema precaución, daba la sensación de que yo no me encontraba en riesgo. Todos mis sentidos, sin embargo, decían que gritara, que llamara a Jacob, pero no lo hice. Su mirada era muy profunda y escrutiñadora. Quería saber que había en mi mente. Nunca había sentido algo así en todos mis años de vida.
Mi corazón palpitaba muy fuerte. Él se acercó dos pasos. Estaba asustada, y al mismo tiempo, sentía curiosidad por aquel hermoso extraño. Justo a la mitad de mis pensamientos, se atrevió a hablar.
-Hola –saludó paciente.
-Hey -Contesté casi temblando.
Mi nombre es Shawn. ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó muy cuidadosamente. Sin embargo, notaba una clara seguridad en su voz. Tenía acento británico.
Yo soy… bueno, yo… no quiero decirte. Mátame si quieres. Vamos a acabar con esto ahora, antes de que realmente empiece. –Dije casi retándolo. Yo no tenía miedo de morir. Solo temía que Jake resultara herido.
-No quiero matarte -dijo sonriendo-, solo quisiera saber tu nombre. ¿Por qué te mataría? -Parecía muy divertido ante mi insinuación.
-Claramente no eres humana. Aunque, tampoco eres vampira… ¿o sí? No te puedo descifrar. Pareces un vampiro, pero hay algo en tu piel, que me resulta intrigante. Y tú aroma; hueles a flores. Una combinación de rosas y lirios (me impactó su asertividad). Se siente, si me permites decirlo, delicioso. Es la mezcla perfecta entre el olor de sangre más rica de un humano y el más hermoso olor de una vampira. Increíble -comentó genuinamente asombrado.
-No brillas tanto a la luz. Solo se ve un destello tenue… no entiendo….
Era muy guapo. Sus ojos sumamente rojos; su piel dura como la de una estatua… nunca habían visto a alguien así. Se veía muy misterioso y enigmático. Usaba una camiseta negra, con unos jeans desgastados y unas botas de piel café. Tenía puesto un cuerito en el cuello, con un extraño símbolo tallado en mármol. Casi sentía que me hipnotizaba cuando hablaba.
-Como dije –repitió-, mi nombre es Shawn. Vengo de Inglaterra; New Hampshire para ser precisos. Puedo notar que te encuentras un poco desconcertada. No te voy a atacar. Solo estoy intrigado. ¿Quién eres? No logro notar todo en ti. Nunca había visto una cosa como tú antes… -yo le miré atónita y enojada.
-Estoy de paso por aquí. Me dirijo hacia Seattle. Mi clan me está esperando ahí.
-¡No soy una cosa! –grité, ¡soy una persona!
-Lo siento, disculpa. Me refería a que hueles muy bien, pero no quiero comerte –comentó de modo muy casual y confortable, como si estuviera hablando de una ensalada. Ya estaba muy enojada para este momento.
-¡No soy algo para comer! Te repito, ¡Si me quieres matar, hazlo ahora! -Exclamé, pero no me olvidaba de Jake. Estaba rezando porque no se asomara. Este vampiro se veía muy fuerte. Si Jacob llegaba, se desataría una pelea horrible. No podía soportar la idea de que alguien lo lastimara. Simplemente no podía. No quería que tomara parte de esto, así que permanecí relativamente calmada.
-¿Qué es lo que quieres realmente? –Pregunté. Si no tienes más que decirme solo vete. ¡Ahora!  
-No es mi deseo matarte -dijo riendo histéricamente. Se notaba realmente divertido con mis palabras.
 -De verdad lamento haberte asustado. Solo estoy de camino. ¿Estás sola aquí? Quiero decir, ¿perteneces a algún clan? es que me pareces tan… -Guardó silencio, pero definitivamente me estaba mirando fijamente.
-Por favor, sé que esto no es habitual, pero solo quiero saber ¿quién eres?
No entendí por qué, pero contesté… por fin.
Mi nombre es Renesmee Cullen. Y sí tengo “familia”. Hemos estado aquí por muchos años. Este es nuestro territorio. Y técnicamente soy un vampiro. Tal vez parezca diferente pero lo soy. Puedes probarlo si gustas –le miré con cara de pocos amigos. Por dios, cómo me gustaba meterme en problemas. Debía estar tarada para enfrentarme así a un inmortal. Él sonrió de nuevo y respondió a mi afronta.
-No, no eres un vampiro. Está bien, no te preguntare de nuevo. Pero creo que sería apropiado que yo pase a conocer a tu… familia. Esa es la costumbre europea entre vampiros.
-¡No!!! –grité, eso se considera grosero por aquí, y muy peligroso. Por favor solo vete. Mi padre te matará si te ve. Por favor.
-Tu… ¿padre? ¿Hablas de tu creador como tu padre?
-No tengo creador. Tengo un padre, una madre y pertenezco a una familia.
-Así que eres humana, ¿entonces?
-No. Soy un híbrido. Mitad humana y mitad vampiro. Ahora, vete por favor.
 -De acuerdo, me iré. No quería parecer descortés. No tenía idea que alguien como tú podía existir. Solo quiero conocerte. Eres… completamente asombrosa. –Su sonrisa me atontó por un segundo.
-¿Qué no te sabes algún otro adjetivo?
-¿Qué te parece… sumamente hermosa?
-¿Y a ti que te parece… “sumamente atrevido”? -Rió grandemente.
-Solo vete –repetí.
-Me iré ahora. Pero, regresaré –me guiñó el ojo.
Y de repente, desapareció.

Capítulo 3: “Problemas”
            
-Hey, escuche voces y vine de inmediato -dijo Jake.
-No, era solo… no era nada… estaba hablando conmigo misma.
Me entró el pánico. No sabía qué hacer o qué decir. Si le contaba, Jacob lo rastrearía, estaba segura. Tenía que sacarnos de ahí lo más rápido que pudiera. Además mi madre ya había regresado. Podía sentirlo. Jacob olería la esencia del vampiro, así que comencé a correr.
-¡Vamos, Jakie, te reto a una carrera! ¿A menos que me tengas miedo?
Él sonrió sarcásticamente y se transformó para comenzar la carrera. Me dejó ganar. Siempre lo hacía.
Llegamos a casa de Esme. Mamá y papá estaban ahí. También Alice, Esme y Jasper. Rose y Emmet se encontraban en isla Esme, celebrando su quincuagésimo aniversario o algo así. Llegarían hasta el día siguiente. Carlisle estaba en el hospital. Un campista había sido atacado hacía unos momentos. Lo primero que me pasó por la mente era que Shawn era el atacante. Me estremecí… ¿cómo alguien tan hermoso podía ser tan malvado?
-¡Mamá! –La abracé de inmediato, pero cuando la toqué, le mostré todo lo que me había pasado en el prado. Por poco y se desmaya (figuradamente hablando) pero le dije que no contara nada. Que yo le explicaría todo después. Asintió una vez, sin que alguien lo notara.
-¿Qué pasa? -Edward preguntó. Puedo sentir que me escondes algo, Bella. Sabes que no soporto que hagas eso.
-Te lo contaré todo después, mi amor, lo prometo. Pero primero, Jake, necesito hablarte un momento. Edward, confía en mí. ¿Confías, verdad? (oh por dios, definitivamente yo era igualita a mi madre para aquello del chantaje).
-Claro que sí, pero nosotros no nos escondemos nada y además… ok, –se rindió-, esperaré por ti afuera. Ness, Alice, todos, -nos hizo una señal para salir. No tardes mucho. Toda esta espera me está matando -la besó en los labios. Ella parecía no querer soltarlo, era muy gracioso y a la vez, incómodo.
-Te extrañaré -le susurró al oído mi madre.  
Los demás nos dirigimos al patio delantero a esperar. Bella y Jake se sentaron en la sala. Estábamos muy lejos. No podía escuchar nada y la verdad, me encontraba asustada. Confiaba en mamá pero no sabía si le iba a decir algo a Jacob acerca de mi encuentro con Shawn. No, ella no lo haría, yo la conocía…
Shawn, pensé regodeándome en el recuerdo de sus ojos. ¿Por qué no podía dejar de pensar en él? Su mirada. Su voz…
-Estás pensando en alguien, Ness, pero me lo estás ocultando. Puedo verlo. ¿Pasa algo? –Preguntó papá-. ¿Te hizo algo Jacob que yo debiera saber? ¿Por qué todo el mundo está actuando tan extraño? No lo soporto. Dime si te hizo algo porque si es así lo voy a…
¡Ya basta, Edward! –Grité-. Jacob no ha hecho nada más que respetarme todos estos años. ¿Por qué tienes que actuar tan mal? ¿Por qué siempre tienes que meterte en nuestras vidas? Déjame vivir. Ciertamente tú fuiste libre de hacerlo con mamá. Le robaste la vida y la convertiste en esto que es ahora…
Tan pronto salieron esas palabras de mi boca, me arrepentí. La sensación que me habían dejado, era terrible. El rostro de mi padre dejaba notar su completo dolor. Fue un golpe muy bajo. Sabía que ese tema lo hería mucho pero no soportaba más preguntas. Quería vivir mi vida y nadie me dejaba.
-¡Lo siento muchísimo, papá! Yo no quería… lo lamento. Sé que así no fue como pasaron las cosas con mamá. Sé que tú le salvaste la vida. Lo lamento tanto. Te amo. Por favor, perdóname. Estoy un poco ansiosa por todos estos secretos… yo…
-No te preocupes, Nessie –me abrazó fuerte-, lo sé. Puedo ser bastante… molesto algunas veces. Solo quiero saber si te sucede algo. Me gustaría ayudarte, si puedo. Y no tengo nada que perdonar. Sé que sí me meto en tu vida. Trataré de evitarlo, pero es muy difícil aceptar que estas creciendo ya. Necesito un poco de tiempo para absorberlo.
-Voy a la cabaña por un rato, papá.
-Yo voy contigo -dijo tía Alice.
-y yo también -siguió Esme.
No, quisiera estar a solas por un momento. Por favor. Voy a estar bien –puse ojitos de borrego a medio morir, solo para que me dejaran ir. Necesitaba escuchar lo que pasaba entre Jake y mi madre.
Edward me vio y luego volteó hacia Alice.
-Déjala ir. Dale un poco de privacidad. Lo necesita.
-Ok –accedió, solo no vayas a tardar tanto… -dijo con cara de preocupación.
Él sabía que algo no andaba bien. Yo le estaba escondiendo casi todos mis pensamientos. Al menos, los que podía.
-No tardaré, papá.
Y me fui. Pero la verdad es que no me dirigí a la cabaña. Me escondí en la parte de atrás de la casa para poder escuchar lo que Jacob y mamá platicaban. Ojalá no lo hubiera hecho. Lo que escuché fue lo más doloroso que jamás iba a escuchar y el comienzo del capítulo más horrible y confuso de mi vida…
-Solo dime que es lo que deseas en realidad, Jake. Es momento de que Renesmee escuche la verdad.
-¡No, Bella! es muy pronto… no entenderá.
-La estás subestimando. Es más inteligente que cualquiera de nosotros. Sé que entenderá. Es momento de decir las palabras. Decir la verdad sobre tu imprimación…
-¡Vamos Bella! ¿Qué quieres que yo le diga? “Nessie, estoy enamorado” ¿Sabes que significa imprimarse? ¡Puedes escuchar lo estúpido que suena! Tú sabes que estoy totalmente infatuado. Lo has sabido desde el principio. Pero no es fácil para mí decirlo… no lo entenderá. Me moriría si la pierdo.
-¿Y si se entera por alguien más? ¿No será más doloroso? Confía en ti. No sabe nada de tu imprimación. Nosotros nunca le dijimos al respecto. Queríamos que lo escuchara de tu boca cuando fuera correcto. Sabe algo sobre la imprimación de los licántropos; sabe que son sentimientos incontrolables entre ustedes pero… no sabe nada sobre ti y Leah… o…
-¡No podría vivir sin ella! Es mi mejor amiga y la vi crecer. La cuidé como un hermano cuando lo necesitó. Creí poder tener el valor para que, cuando llegara a cierta edad, le confesara todo y ahora no quiero perderla por una cosa tan confusa como mi imprimación… Leah y yo somos los últimos en estar sujetos a ése cambio de sentimientos y de amor tan radical. Jamás esperé que eso sucediera, lo sabes. Pero… no estoy seguro de cómo exponérselo a Renesmee. Tengo terror. No querrá estar conmigo así.
Ya no podía escuchar más… tenía que irme ¿Él estaba enamorado de Leah? ¿Quién demonios pensaba ella que era? Creí que Jake la odiaba. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué? ¡Por qué ahora! Debía salir de ahí lo más pronto posible. Tenía que escapar del terrible dolor que esa conversación me estaba causando. Aplastándome el corazón y el alma… imprimado, en Leah… ¡no! por favor, no.
¿Cómo pude ser tan estúpida? ¿Su amiga? ¿Su hermana? ¿Acaso eso era todo lo que yo significaba para Jacob? ¡Solo una imbécil niña, que por casualidad, era la hija de su mejor amiga! No podía ser verdad. No podía. Pero él lo dijo, ¡lo escuché!!! Me quería como una hermana. Estaba enamorado de ella. ¡Dios mío! esto tendría que ser una mentira. Quedé… devastada.
Corrí tan rápido como pude. Corrí y corrí, tanto, que llego un momento en el que ya no sabía dónde me encontraba. Suponía que estaba en algún punto entre el territorio Cullen y la Push, pero no estaba tan segura. Había obscurecido, aunque no tenía miedo. “Estoy enamorado perdidamente”…”Leah y yo sujetos a este cambio de sentimientos, de amor tan radical”; “No sé cómo decirle a Renesmee”… Sus frases se repetían una y otra y otra maldita vez en mi mente. Las escuché. No fue una pesadilla. Era real. Una montaña de sentimientos que nunca se habían manifestado en mí ser, salieron a colación. Estaba enojada, celosa, totalmente triste, tonta y me sentía culpable… todo al mismo tiempo. ¿Cómo pudo enamorarse de esa niña odiosa? Estábamos juntos casi todo el tiempo. ¿Cómo pudo pasar eso? ¿Cuándo?
Las lágrimas habían llenado mis ojos. No podía detenerme. Le había perdido. Nada importaba ya…
Escuché un sonido. Pasos en el bosque. Me limpié las lágrimas, por si acaso alguien de mi familia había venido a buscarme. Debía detener el llanto. No podían verme así. Matarían a Jacob por herirme (mmm, tal vez no sería tan malo… ¡no! ¡Tenía que parar ahora!)
-Hola, Renesmee. Es Renesmee, ¿verdad?
Levanté la cabeza y era aquél vampiro misterioso de ésta mañana, cuyos ojos no había sido capaz de borrar de mi mente. Shawn.
-Te dije que regresaría –comentó.
-No deberías estar aquí. Éste no es el mejor momento para hablar conmigo –dije enojada, ¡vete ahora! Vas a provocar una pelea. No necesito eso. Regresa a Seattle. No hay nada para ti aquí. Mataste al único campista que nos quedaba -bromeé en un tono muy negro.
-¿De qué estás hablando? No he cazado aquí. Bebí en Canadá. Estaba cazando en el bosque de ahí. Ya sabes, muchos turistas -sonrió. Su sonrisa era perfecta.
-No es gracioso. ¿Crees que quitar una vida humana es cómico? ¿Crees que no pensamos? ¿Que no sentimos? Dime. –Espeté acercándome a él lentamente.
¿Se siente muy bien ser un asesino?
Estaba serio ahora.
-Así que eres humana, entonces. Y yo soy… ¿cómo me llamaste? un… ¿asesino? –rió sarcásticamente.
Dios, odiaba a ese tipo. Solo le había visto dos veces y no quería volver a verlo. Nunca.
-Sí, te llame “asesino” y ya te había dicho. Soy un híbrido. Mitad y mitad.
-Por lo que puedo observar, eres más humana que nada. Tienes convicciones fuertes. Esto es muy inusual para mí, así que, aclárame lo siguiente, ¿podrías? ¿Vas en contra tu naturaleza de vampira? ¡Jajá! ¡No puedo creerlo! Eres absolutamente fascinante.
Me alegra divertirte -comenté enojada.
-En verdad que eres algo especial. No puedo decir que no me tienes… asombrado –de nuevo aquél mismo adjetivo, y créeme, eso es muy difícil que suceda. No soy un vampiro fácil de impresionar. Todo lo contrario.
-Yo no mato. Me gusta la sangre humana, pero hay una diferencia básica entre nosotros. No siento la clase de sed que ustedes sienten. No me vuelve loca. Yo siento “hambre”. Como un humano “normal”. También como comida humana y no tengo veneno en las venas o en la saliva. No soy venenosa, como tú…
-O tu familia. –Mofó. Eso me hizo sentir más molesta aún. Si eres un híbrido, ¿tu madre es humana?
-No es que eso sea de tu incumbencia, pero los dos son vampiros. Mi madre me tuvo cuando era humana. El proceso la mató. Mi padre la convirtió para salvarla. Ahora los dos son vampiros y también lo es toda mi familia.
No sabía por qué demonios le estaba contando mi vida a un perfecto extraño. Me producía cierta confianza.
-“El clan Cullen” –dijo-. Son bastantes ustedes, ¿no es así? ¿Cuántos son? ¿6, 7?
-¡Que te importa! ¿Acaso también quieres matar a mi familia? y además, ¿cómo sabes de ellos?
-¿Qué pasa contigo y todo esto de asesinar vampiros o personas? Quiero decir, tus padres son vampiros y tú, ¿los odias? no entiendo.
-Ellos no cazan personas –respondí-, ellos cazan animales. Yo también. Después de todo, yo también soy humana. Mitad humana y todos ellos fueron humanos, alguna vez. Deberías considerar eso cada vez que comas un “entremés”… -escuché como habían sonado mis palabras.
¡Jajajá!!! –ambos nos soltamos a reír.
Le miré a los ojos, estaban un poco más ennegrecidos. Así que era cierto. Shawn no había cazado al campista aquí. Él también me miró. De hecho, me clavó la vista. Me sentí nerviosa. Él dio un paso hacia mí y yo retrocedí.
-Disculpa. No voy a lastimarte Rene. ¿Puedo llamarte así? ¿No es eso considerado grosero?
-No, no lo es. Pero nadie me había llamado Rene. Me suena a mi abuela. Ése es su nombre.
-Bueno, eso no está bien. Entonces, ¿cuál es tu flor favorita?
-Los lirios o las rosas rojas. Las que se llaman “Príncipe Negro”
-Entonces, mi “Princesa Negra” serás…
Sonreí. No pude evitarlo. Shawn comenzó a acercarse otra vez y yo me detuve donde estaba. No me moví. No sabía por qué. Había cierto magnetismo en su personalidad. Parecía que con una mirada pudiera hacerte hacer lo que él quisiera. Me miró de pies a cabeza y tocó mi mano con su dedo. Se quedó congelado. Algo le había sorprendido.
Eres… tibia. Bueno, esa no es la palabra correcta. Eres caliente. Muy caliente. Es impactante.
Moví la mano lejos de él cuando sentí lo helado de su piel en la mía.
-Sí, soy tibia. Pero –me senté en una roca-, no respondiste la pregunta que te hice anteriormente. ¿Cómo conoces a mi familia?
-Leí algo acerca de ellos en una biblioteca. Fue muy interesante. Tu abuelo, Carlisle, trabajo con lo Vulturi por un tiempo; y tu padre, Edward, es un compositor muy talentoso, además de tocar el piano; tu madre, debo decir, es la vampira más hermosa que he visto en la vida.
Ahora me sentí celosa.
-No me malinterpretes. Dije, ella es la más hermosa “vampira” que había visto. No vampira semi-humana. -Se acercó a mí otra vez. Sus movimientos eran suaves. No normales en un vampiro salvaje. Se sentó a mi lado y trató de tomarme de la mano.
-Eres tan -dije mirándolo fijamente a los ojos-, políticamente incorrecto.
Me puse de pié de inmediato y me alejé tres pasos hacia atrás.
-Lo siento mucho. No trataba de estar en términos íntimos contigo. Solamente estoy impresionado. Aunque, ¿me equivoqué sobre tus padres?
-No te equivocaste. Aunque no entiendo ¿Cómo sabes tanto sobre ellos? Tampoco sabía que había un libro sobre mi familia del cual no estaba enterada… ¿estuviste espiándome?
Sonrió. -No, no te he estado espiando. Solo sé estas cosas.
-Debes pensar que soy estúpida –espeté irónicamente.
-Está bien. Mentí. No quería revelar demasiado sobre mí. Eso me haría vulnerable a tus encantos.
-Pero sí quisieras que revelara todo sobre mí, ¿no es así?
-Digamos que soy un poco demasiado precavido.
-Y yo soy una completa idiota.
-Vamos, no lo eres. Para nada. Eres genuina y confiada. Bueno, te diré mi secreto. Puedo ver el pasado de las personas, con solo echarles un vistazo. Se siente como cuando una persona tiene un “deja vú”. Te seguí a casa de tus padres. Los observé. También vi a alguien de piel obscura. Pero no pude percibir nada en él. ¿No es un vampiro, verdad?
Mi corazón se encogió del dolor de solo pensar en Jake. Mi Jake. Bueno, ya no era mío. Jamás lo fue. Le pertenecía a Leah.
-No, no lo es –cambié el tema.  No puedes ver mi pasado tampoco, ¿o sí?
-¿Cómo sabes eso?
-Solo lo sé. Algunos de los poderes de los vampiros no se aplican a mí. Desconozco la razón. Pero…. ¡Oh por dios! –Grité. ¡Me tengo que ir!
¡Ellos van a estar increíblemente preocupados por mí! ¡No me di cuenta de que tan tarde era! Adiós, Shawn. Fue un… placer hablar contigo.
-No, Renesmee –gritó, el placer fue todo mío. ¿Te veré otra vez verdad?
¡Adiós! -repetí corriendo por mi vida… mi padre iba a matarme.




 ESTOS SON LOS PRIMEROS TRES CAPÍTULOS DE LA NOVELA "LUNA LLENA", SAGA LUNAS VAMPÍRICAS POR MARIELAH VILLERI

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