"Me
metí a una casa abandonada y me propuse terminar con mi existencia pusilánime,
una maldita vez más. Esperaba realmente que esta fuera la definitiva. Rompí una
ventana con el puño y tomé el vidrio afilado entre las manos, cortándomelas,
sentada en una sala maltrecha y agrietada, como mi alma. Era el perfecto
escenario para la muerte de alguien tan mierda como yo. Puse en mi brazo la
fría pieza de vidrio. El dolor que me provocaba no se comparaba con el que mis
seres queridos me causaron. Nada tenían sentido. Esos días que viví con mi
vampiro fueron irreales, estúpidas diapositivas de un ser macabro que jugaba
con las piezas de nuestras vidas para convertirlas en un sueño alegórico y
confuso. Dominic creyó en mí. Mis sentidos se adormecieron, dando paso a una
soledad más infinita que la que alguna vez experimenté. Una soledad taciturna,
réproba, voraz, que carcomía mis vísceras sin piedad." EL ÁNGEL DE LAS SOMBRAS. MARIELA VILLEGAS R.
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