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jueves, 5 de febrero de 2015

Noche de Brujas, una novela de romace paranormal.

 


Y no cualquiera, amores. Noche de Brujas, hasta la fecha, es la novela que más satisfacciones me ha dado en mi carrera como escritora. Van a estar escuchando bastante de ella ya que está de nuevo en proceso de revisión y me enamora con sus detalles. A decir verdad, estoy muy feliz con el resultado de esta obra porque tiene muchos matices y me parece deliciosa. Ya que yo la escribí, cuenta con todo lo que a mí me encanta del romance paranormal: magia, brujas, vampiros (y en este caso son los enemigos, no los héroes), sexo y sangre (así es, sexo y sangre, jajá). Sus personajes, sobre todo Antoine, son sarcásticos, muy humanos y, en muchos casos, sabios (como Isaely, por ejemplo). Puedo decir con gusto que yo misma me he robado unas cuantas risas y lágrimas con esta obra, y no hay algo más maravilloso en este mundo que hacerte feliz a ti mismo con algo que creaste. Estoy muy agradecida con ustedes, mi bella gente, ya que este año comenzó excelente y Noche de Brujas recibió el premio Tres Plumas del Rincón de la Novela Romántica a mejor novela paranormal y Young Adult (o juvenil). Lo digo y sonrío, porque eso significa que mi amor por ella se está expandiendo hacia ustedes, mis lectores. Madison Alexander, protagonista y en muchas ocasiones, narradora de la obra, es una jovencita cuya vida transcurre sin mayores conflictos. Sus padres han muerto y ella vive en Nueva Orleans con su tía. Crece con ella en un hogar que cree común y corriente, y junto a sus dos mejores amigos (bueno, técnicamente Ethan es su novio al inicio), sobrelleva la soledad y el vacío que le ha dejado la orfandad. Pero todo cambia radicalmente cuando cumple 18 años. La verdad le es revelada y la magia cobra vida. Ella es la última bruja del clan Alexander, y por ello, es la más poderosa del mundo y la guardiana del balance de la magia de L'essence (nombre creado con un propósito específico: La esencia de cada ser humano debe ser siempre lo más importante, y esta magia que poseemos todos es la que nos guía. Debido a ello, elegí llamarle a mi magia L'essence). Su universo se sumerge en un sitio repleto de enemigos, de mentiras y sensuales deseos de venganza, al enterarse que los vampiros son los verdaderos asesinos de sus padres y que perecieron defendiéndola. Y ella está por conocer muy de cerca al peor de todos: Antoine Petrucci, el presunto asesino de su padre.

¿Interesante? Espero que sí se los parezca, amores. Y si toda esa magia no les es suficiente, les confieso que el personaje de Antoine Petrucci está basado físicamente y por entero, en el actor Ian Somerhalder (con todo y sus divinos ojos azules que son la característica más fiel de mis vampiros, todos tienen esos ojos). Para los conocedores de historias de inmortales, Ian Somerhalder (insisto, el hombre más guapo del universo) es Damon Salvatore en la serie The Vampire Diaries. Así que cuando estén leyendo la obra y vean su nombre "Antoine" su mente les acompañará con la exquisita imagen de este maravilloso hombre. ¿Quieres leerla? Te dejo unas pequeñas piezas para que disfrutes... ¡Les amo!

 

–Quiero alimentarme de ti, sí –siseó lóbregamente, aunque su voz se fue elevando hasta tornarse ronca y grave–. Te quiero vibrando en mis venas muertas. Deseo insertar mis incisivos en tu carne, en esa entrepierna tuya que se dilata con mi cercanía. Quiero clavar mis garras en tu cuello y darte el beso de la muerte, extinguir tu luz, exterminarte. ¿Te gusta eso? ¡¿Te gusta saber que servirás de alimento a una basura demoníaca?! ¡¿Cómo puedes no temerme?! ¡¿Cómo te atreves a confiar en mí?!
–No me harás daño porque te agrado. Porque yo también te gusto. Porque, por alguna extraña razón, también confías en mí.
–¡Eso no tiene nada que ver! ¡Ya te he sentido! ¿Qué no entiendes? Soy un depredador y tú te has vuelto la víctima más suculenta, la más fácil de cazar. Realmente te deseo. Si así lo quiero, te mataré. ¿Qué no lo puedes ver? Te quiero entre mis colmillos. Tu sabor es lo más exquisito que he probado en todos mis años de existencia –se llevó el dedo índice a la boca y cerró los ojos. De acuerdo, quedaba muy claro lo que me decía. Una fogosidad intensa me llenó el cuerpo, recorriéndome desde la punta de los pies hasta la última punta de mis cabellos. Su deseo por mi plasma era algo casi tan incontenible como mi anhelo por su piel. Se acercaba a mi persona sin precisar ordenarle a sus pies que se movieran. Su nariz se pegó a mi clavícula y la recorrió hasta llegar a mi yugular. Después, se colocó lentamente de frente a mí, con su boca tan próxima a la mía que me besaba sin necesidad de tocarme.
 

–¡¿Qué quieres ver?! –Rugió con desespero. La verdad me asusté, pero no retrocedí. Clavé mis ojos en los suyos, casi blancos por las ansias de aniquilarme. Luchaba contra sí mismo, quedaba claro. Se avergonzaba de sentirse tan atraído a mi vitae. Yo no tuve ni la más mínima urgencia de apartarme. Jugaba con fuego otra vez y, con él, no me importaba terminar ardiendo. Sin embargo, al mirar dentro de sus pupilas, no veía lo mismo que vi en los ojos de William Mircoff. Había algo muy diferente, algo… bueno. Lo percibía. Antoine era llamado “perverso” por mi gente, un “maldito”, y yo tenía unas ganas increíbles de salvarle de lo que fuera que le estuviera atormentando tras esa visión de llameante aflicción.
 
 
 

 

Me atreví a tocar de nuevo su gloriosa faz y rozar un milímetro de su afilada quijada con mis labios. Cuando mi mirada se fijó en la suya, me perdí. No había vuelta atrás para lo que iba a suceder. Yo lo quería. Lo deseé desde el primer instante en el que su ser hizo contacto con el mío. Mi anatomía estaba casi encima de la suya, sin tocarle por completo. Su aliento seguía tan deleitoso como cuando me había ayudado a respirar. Antoine movió su boca hacia la mía. El corazón se me agitó. Sentía su sabor impregnado en mi paladar y una contracción en inesperada en mi vientre me obligó a dar un respingo. Él reaccionó a esto inhalando, paladeando. Nuestros labios se fundieron en el más hermoso y alucinante de los besos. Suya, me quise llamar, pero era muy pronto y él era mi enemigo. Aunque nunca un enemigo supo tan dulce y pecaminoso. Su beso era apremiante, devoto. Me invadió una sensación de excitación. Lo tomé del cabello y me aferré con fuerza. Él envolvió mi cintura con su grueso brazo, aprisionándome lo más que podía a su frío torso. Simplemente perfecto, pensé. Nuestras lenguas jugaban su propio juego humectado mientras mis células estallaban dentro de mí como fuegos artificiales. Deslicé mis dedos hacia sus mejillas. Luego, recorrí su espalda por debajo de la camisa. Parecía una ciega aprendiendo a leer con el tacto. Él imitó mis movimientos. La diferencia era que me tocaba como si yo no fuera real. Como si en cualquier momento pudiera desaparecer. Su energía me lo decía. Podía percibirlo olfateándome, escuchando las palpitaciones de mi corazón, absorbiendo mi éxtasis cual cazador que acecha a su presa. Deseando probar mí plasma. Eso no me importó en absoluto. Tenía una necesidad apremiante de su boca. Era mi primer beso real de mi vida. Nunca había tenido uno como ese. Jamás pensé que fuera una experiencia tan dolorosamente cautivadora.
 
 

–¡Ah! –Ladeó la cabeza para luego mostrar sus colmillos de porcelana y marfil frente a mí, a casi dos centímetros. Como buena tonta (o intrépida) que era, llevé las yemas de mis dedos hacia sus labios. Él retrocedió todo el camino recorrido y yo no perdí tiempo en levitar hacia su lugar, arrinconándolo del otro lado de la habitación.
–¡No comprendo tu deseo estúpido de morir! –Reclamó.
–No quiero morir –mi respuesta estaba cargada de sinceridad–. Sólo deseo tocarte.
El vampiro entornó los ojos sin saber si creerme y dejarse llevar, o internarme de plano a algún hospital psiquiátrico especializado en hechicería. Aproveché su titubeo y regresé al sitio donde había dejado la caja (cabe decir que lo hice con un leve meneo de caderas que pareció hacer salivar a Antoine) y le hice levitar hasta mí.
 
 

 
"–¡Diablos! –Logró articular en un murmullo.
–No soy tan vulnerable como lo crees –socarré mordiéndome el labio, regalándole un beso diminuto y casto–. No seas tonto –le toqué la nariz con la punta del dedo índice–, no quieres meterte con una bruja.
No me había dado cuenta hasta ese segundo que estaba utilizado la fuerza de la seducción sobre él. No me atemorizaba ni sentía la menor señal de odio por su ataque. Por el contrario, me provocaba. Necesitaba eso en mi vida. Lo ne...
cesitaba a él.
–Eres… eres mejor de lo que pensaba.
–Lo soy –le ayudé a levantarse tendiéndole la mano–. ¿Tregua momentánea? –Inquirí respirando agitada.
–¿Qué te parece mejor una tregua eterna? –Respondió sonriendo y negando con la cabeza, como si no pudiera creer lo que le había sucedido–. No es nada placentero que te paralicen el corazón, ¿sabes?
–¿Eso fue lo que hice? ¡Guau! –Reí victoriosa.
–Sí, eso precisamente. Me tienes más asombrado que nunca –confesó–. ¿Esos son tus poderes?
–Esa fue sólo una pequeña muestra de lo que podría hacerte si alguna vez tratas de atacarme de nuevo –levanté una ceja–. ¿Qué tu madre no te enseñó a respetar a las damas?
–Supongo que sí, pero la perdí hace tanto que…
Dejó el enunciado a medio terminar. Asentí. ¡Dios! No sabía qué tanto comprendía su pena. Cambié el tema radicalmente antes de ponerme a llorar otra vez.
–Al menos me desquité de forma apropiada –me mordí el labio y guiñé un ojo.
–Vaya, vaya. ¡Jajajá! Creo que he encontrado a mi perfecto rival.
–Creo que sí, Monsieur Petrucci".

*Booktrailer:
https://www.youtube.com/watch?v=xLilabrEvTw
 
*Venta en Nueva Editora Digital (eBook): http://www.nuevaeditoradigital.com/#!mariela-villegas-r/cocv
 
*Venta en Marcel Maidana Ediciones (ePub): www.marcelmaidana.com
 

 
¡Y gracias a su amor, Noche de Brujas y Crónicas de Sombras, la segunda novela de la saga, #bestsellers en #Amazon #México!!! ¡Gracias, gracias,  gracias!
 
 
 
 

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