La historia de Leonora McCarthy, el indomable Arthur y el adorable Darren, está a la espera de ver la luz. Prepárate para ser sacudido hasta la médula con esta novela de romance erótico que combina el estilo sencillo de Mariela Villegas R. y la intensidad de la pasión, la ira que contienen los celos, el sentido último de la obligación y el sabor de la literatura de antaño mezclada con la sensualidad, lo erótico, la ficción contemporánea y una red intrincada de mentiras. Inspirada en un clásico extraordinario, "Cumbres Borrascosas" de Emily Brontë, esta historia te dejará con la sensación de que no todo es como piensas en la guerra y en el amor. Ubicada en Borgoña francesa, una tierra donde corre el vino y la sangre salvaje oculta en los viñedos.
Leonora McCArthy es una pobre niña rica habitante de Londres. Es conocida por su peculiar talento para tratar con altiveza y grosería a todo aquél que no considera digno de su atención. Está llena de deudas y ahora no tiene a dónde ir, solo que al sitio de más detesta: Las Viñas, un lugar escondido en un rincón de la Borgoña, Francia, que ha heredado gracias al último miembro de su familia. La acompaña Mike, su chofer y único hombre al que respeta como a un padre. En el funeral de su tía, se encuentra con dos hombres completamente opuestos. Arthur Hoffman, el hijo del ama de llaves de Las Viñas, y Darren Mc Millan, un joven acaudalado al que considera aburrido e insípido, hijo de su enemiga acérrima. La combinación del fuego abrasador de uno con el amor incondicional del otro, la harán atravesar por una serie de sensaciones que en la vida había experimentado, pero el dinero es un factor esencial para ella.
Está en banca rota, metida en serios problemas. ¿Qué será capaz de hacer para salir de ellos? Y ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar Arthur y Darren por hacer suya a Leonora?
#PasionesOscuras
#MarielaVillegasR
#RomanceErótico
Todos los Derechos Reservados.
Leonora McCArthy es una pobre niña rica habitante de Londres. Es conocida por su peculiar talento para tratar con altiveza y grosería a todo aquél que no considera digno de su atención. Está llena de deudas y ahora no tiene a dónde ir, solo que al sitio de más detesta: Las Viñas, un lugar escondido en un rincón de la Borgoña, Francia, que ha heredado gracias al último miembro de su familia. La acompaña Mike, su chofer y único hombre al que respeta como a un padre. En el funeral de su tía, se encuentra con dos hombres completamente opuestos. Arthur Hoffman, el hijo del ama de llaves de Las Viñas, y Darren Mc Millan, un joven acaudalado al que considera aburrido e insípido, hijo de su enemiga acérrima. La combinación del fuego abrasador de uno con el amor incondicional del otro, la harán atravesar por una serie de sensaciones que en la vida había experimentado, pero el dinero es un factor esencial para ella.
Está en banca rota, metida en serios problemas. ¿Qué será capaz de hacer para salir de ellos? Y ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar Arthur y Darren por hacer suya a Leonora?
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"—¿Ves? Te lo dije. La melodía es liberadora. —Me guiñó un ojo y, con el agua derrapando en su perfecto rostro, le tomé de la mandíbula y le robé un beso. Él me miró asombrado.
—Tengo que darte la razón —asentí mordiéndome el pulgar. El joven lo removió de mis labios, suplantándolo con los suyos. La consonancia de aquel regalo que nos brindábamos, fue espléndida. La tarde, la lluvia, incluso el frío que se colaba en nuestro organismo y nos obligó a entrar al fin. Úrsula nos esperaba en la estancia con toallas y la chimenea encendida. Nos secamos a su calor y Darren me leyó un poco de su libro. El género del suspenso no era mi fuerte, pero su novela en serio era buena. Luego intentó averiguar por medio de un juego de preguntas y respuestas, cuál era mi libro predilecto. No le atinó, aunque yo sabía con certeza que no se daría por vencido. Terminamos abrazados, dormidos en la alfombra. Era curioso, porque la necesidad de tener sexo con él pasaba a segundo plano para solo estar juntos. “Estar”. Jamás había “estado” con alguien así, de forma tan íntima y tan casual a la vez, y no me refería a una casualidad libertina, sino a un sistema complejo de roces, miradas furtivas, palabras, caricias y besos que no pasaban de eso, pero que daban el alma en ello, al menos por su parte. Lo transmitía en sus sonrisas y ojos transparentes. Yo me resistía a darle total cabida en mi corazón. ¿Quién podría sobrevivir a una decepción después de haber sido amado con tan exultante y devastador apego? Con esto quería decir que, desde siempre había estado sola y me las arreglaba así. No precisaba necesitar a nadie. Ya era suficiente con el ardor que me causaba Arthur, en quien no dejaba de pensar. Si Darren conseguía su cometido de robarme el núcleo de mis apegos, tarde o temprano acabaría muerta".
#PasionesOscuras
#MarielaVillegasR
#RomanceErótico
—Tengo que darte la razón —asentí mordiéndome el pulgar. El joven lo removió de mis labios, suplantándolo con los suyos. La consonancia de aquel regalo que nos brindábamos, fue espléndida. La tarde, la lluvia, incluso el frío que se colaba en nuestro organismo y nos obligó a entrar al fin. Úrsula nos esperaba en la estancia con toallas y la chimenea encendida. Nos secamos a su calor y Darren me leyó un poco de su libro. El género del suspenso no era mi fuerte, pero su novela en serio era buena. Luego intentó averiguar por medio de un juego de preguntas y respuestas, cuál era mi libro predilecto. No le atinó, aunque yo sabía con certeza que no se daría por vencido. Terminamos abrazados, dormidos en la alfombra. Era curioso, porque la necesidad de tener sexo con él pasaba a segundo plano para solo estar juntos. “Estar”. Jamás había “estado” con alguien así, de forma tan íntima y tan casual a la vez, y no me refería a una casualidad libertina, sino a un sistema complejo de roces, miradas furtivas, palabras, caricias y besos que no pasaban de eso, pero que daban el alma en ello, al menos por su parte. Lo transmitía en sus sonrisas y ojos transparentes. Yo me resistía a darle total cabida en mi corazón. ¿Quién podría sobrevivir a una decepción después de haber sido amado con tan exultante y devastador apego? Con esto quería decir que, desde siempre había estado sola y me las arreglaba así. No precisaba necesitar a nadie. Ya era suficiente con el ardor que me causaba Arthur, en quien no dejaba de pensar. Si Darren conseguía su cometido de robarme el núcleo de mis apegos, tarde o temprano acabaría muerta".
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"Arthur exploró mi cuerpo con sus pupilas dilatadas. Notaba lo acelerado de su corazón en la vena yugular que sobresalía tensa de su cuello. Me aproximé, contoneándome sin ser exuberante. La manzana de Adán se le movió al tragar saliva. Extendí mis palmas hacia la orilla de su camiseta y la obligué a desasirse de su vigoroso torso, colocándola en el suelo. Su presencia sobraba. Leyendo el anhelo en mi mirada, me cogió de la mano para ponerla en su abdomen recio. Con las uñas, le inspeccioné, delimitando la cuadrícula que se dibujaba en él. Tocarle así me parecía casi subliminal. Era Arthur. Las pequeñas marcas de heridas pasadas sobresalían de un modo hermoso, aunque triste, en su tórax. Concebir que alguien pudiera hacerle tanto daño, me causaba un enorme pesar. Quería consolarle, que se diera cuenta de lo que yo podía ser al adorar, cosa que yo también iba descubriendo cada segundo que transcurría.
—¿Todavía duele? —Me atreví a indagar.
—No tanto como tu desdén.
—Nunca más será así —aclaré. No pudo soportar más mi lejanía y se apresuró a apretarme contra él y besarme. Su anatomía quemaba, y estaba segura de que la mía también. Mis instintos se dispararon mientras intercambiábamos humedad, convirtiéndonos en una entidad envuelta en fuego y agua".
#PasionesOscuras
—¿Todavía duele? —Me atreví a indagar.
—No tanto como tu desdén.
—Nunca más será así —aclaré. No pudo soportar más mi lejanía y se apresuró a apretarme contra él y besarme. Su anatomía quemaba, y estaba segura de que la mía también. Mis instintos se dispararon mientras intercambiábamos humedad, convirtiéndonos en una entidad envuelta en fuego y agua".
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"–¡Maldito bruto! –chillé adolorida–. Ya se me quitaron los cardenales que me causaste hace días, ¿quieres marcar otros?
–No me harás esto de nuevo, McCarthy. ¡Pídeme perdón! –rugió.
–¡¡¡Qué!!! Ya te he ofrecido una disculpa ¿y aun así quieres que me denigre implorando clemencia? –clamé descolocada.
–Sí. –Contuvo una mueca de displicencia.
–¡Estás quedando loco! ¿Qué buscas conseguir con esto más que mi desprecio?
–No entiendes nada. ¿Cómo podrías? –Apretó los puños–. Darren nunca será mejor que yo. Nunca.
–¡Pues te empeñas con brutalidad en hacerme pensar que sí lo es!
Guardó silencio unos instantes, pensando profundo en alguna noción. ¡Siempre misterioso! ¡Siempre taciturno! ¡Siempre hermético! Debía irme ya, desaparecer de este enredo. Mi abogado podía encargarse del testamento. Tomé tres inhalaciones y, justo cuando iba a seguir empacando, Arthur habló.
–No tengo mucho dinero, a pesar de que he ahorrado durante años. Mi ganancia es directamente proporcional a mi trabajo en Las Viñas, o sea, tengo lo que tú me das. Estoy impotente ante ti y tu mundo superfluo, tan lleno de nada y tan falto de todo. No hay algo que pueda hacer para cambiar mi situación, o mejor dicho, no hay nada que quiera hacer. Amo el lugar donde crecí y no pretendo otra cosa más que seguir aquí. Para alguien como tú eso es inútil –murmuró con tristeza ahogada en las pupilas, aunque con la furia a flor de piel.
–No tienes derecho a reclamarme algo después de la forma en que me has tratado –aseveré.
–¡¿Y qué hay de ti?! ¿Qué hay de tu maldita intransigencia, del beneplácito que experimentas al humillarme y martirizarme como si fuera un puto juguete sin sentimientos! ¿Qué hay del agravio, de la poca dignidad con la que te referiste a mí hace solo unos minutos? ¿¨Campesino de quinta”, “insignificante”, “basura agreste”? ¿Se supone que tengo que olvidarlo todo y hacer como si nada para tu beneficio? –bramó.
–¡Claro que no! Sin embargo, tú también me has dicho cosas terribles que he pasado por alto, Arthur.
–¡Oh, mis disculpas, su alteza! ¿Acaso mi cabeza se metió en el camino de su bota?"
#PasionesOscuras
#MarielaVillegasR
–No me harás esto de nuevo, McCarthy. ¡Pídeme perdón! –rugió.
–¡¡¡Qué!!! Ya te he ofrecido una disculpa ¿y aun así quieres que me denigre implorando clemencia? –clamé descolocada.
–Sí. –Contuvo una mueca de displicencia.
–¡Estás quedando loco! ¿Qué buscas conseguir con esto más que mi desprecio?
–No entiendes nada. ¿Cómo podrías? –Apretó los puños–. Darren nunca será mejor que yo. Nunca.
–¡Pues te empeñas con brutalidad en hacerme pensar que sí lo es!
Guardó silencio unos instantes, pensando profundo en alguna noción. ¡Siempre misterioso! ¡Siempre taciturno! ¡Siempre hermético! Debía irme ya, desaparecer de este enredo. Mi abogado podía encargarse del testamento. Tomé tres inhalaciones y, justo cuando iba a seguir empacando, Arthur habló.
–No tengo mucho dinero, a pesar de que he ahorrado durante años. Mi ganancia es directamente proporcional a mi trabajo en Las Viñas, o sea, tengo lo que tú me das. Estoy impotente ante ti y tu mundo superfluo, tan lleno de nada y tan falto de todo. No hay algo que pueda hacer para cambiar mi situación, o mejor dicho, no hay nada que quiera hacer. Amo el lugar donde crecí y no pretendo otra cosa más que seguir aquí. Para alguien como tú eso es inútil –murmuró con tristeza ahogada en las pupilas, aunque con la furia a flor de piel.
–No tienes derecho a reclamarme algo después de la forma en que me has tratado –aseveré.
–¡¿Y qué hay de ti?! ¿Qué hay de tu maldita intransigencia, del beneplácito que experimentas al humillarme y martirizarme como si fuera un puto juguete sin sentimientos! ¿Qué hay del agravio, de la poca dignidad con la que te referiste a mí hace solo unos minutos? ¿¨Campesino de quinta”, “insignificante”, “basura agreste”? ¿Se supone que tengo que olvidarlo todo y hacer como si nada para tu beneficio? –bramó.
–¡Claro que no! Sin embargo, tú también me has dicho cosas terribles que he pasado por alto, Arthur.
–¡Oh, mis disculpas, su alteza! ¿Acaso mi cabeza se metió en el camino de su bota?"
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Próximamente. Estén al pendiente por este blog. ¡Imperdible!
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